Washington, D.C., 24 Jun (Agencia Informativa de México).- Los vientos han dejado de favorecer a Huawei ahora que los ciudadanos de todo el mundo comienzan a advertir el peligro que representa el estado de vigilancia del Partido Comunista Chino, así lo informó Michel Pompeo, Secretario de Estado de Estado Unidos.
“Los acuerdos que Huawei tiene con operadores de telecomunicaciones de todo el mundo se están desvaneciendo, debido a que los países solo están aceptando a proveedores confiables para sus redes de 5G”, señaló en un comunicado de prensa.
Algunos ejemplos, informaron, son los de la República Checa, Polonia, Suecia, Estonia, Rumania, Dinamarca y Letonia. Recientemente, Grecia acordó trabajar con Ericsson en vez de con Huawei para el desarrollo de su infraestructura de 5G.
Michael Pompeo señaló que algunas de las empresas de telecomunicaciones más importantes del mundo también se están convirtiendo en “Telecos Transparentes” (Clean Telcos). Este ha sido el caso de Orange en Francia, Jio en la India, Telstra en Australia, SK y KT en Corea del Sur, NTT en Japón y O2 en el Reino Unido.
Además, hace algunas semanas, las tres grandes empresas de telecomunicaciones de Canadá tomaron la decisión de asociarse con Ericsson, Nokia y Samsung, debido a que la opinión pública se había expresado abrumadoramente en contra de que se permitiera que Huawei construya las redes de 5G de Canadá.
Telefónica expresa en su Manifiesto Digital que la “seguridad es primordial”, y su presidente ejecutivo y administrador, José María Álvarez-Pallete López, declaró recientemente que “Telefónica se enorgullece de ser una empresa con Camino Limpio de tráfico 5G. Telefónica España y O2 (Reino Unido) son redes totalmente transparentes, y en el futuro próximo Telefónica Deutschland (Alemania) y Vivo (Brasil) ya no tendrán equipos de proveedores no confiables”.
Se acrecienta, entonces, el impulso a favor de una 5G segura, y explicaron que cuantos más son los países, las empresas y los ciudadanos que se preguntan a quiénes deberían confiarles sus datos más sensibles, la respuesta se vuelve más evidente.
“Definitivamente no al estado de vigilancia del Partido Comunista Chino”, resaltó el secretario de Estado nortemericcano.
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