Producción de alimentos en hogares rurales, opción ante crisis actual: Inifap

Web

Monterrey, NL., 24 May (Agencia Informativa de México).- Ante la emergencia económica y sanitaria actual, en zonas rurales del país, una opción es producir alimentos en el hogar para el autoconsumo, obtener excedentes de cosecha para comercializarlos y generar ingresos, el investigador del Inifap, Francisco Javier Ugalde Acosta.

Desde hace 20 años el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) impulsa estrategias en ese sentido y ha sido implementada, junto con 75 municipios y pequeños productores de la región Golfo-Centro de México.

Ahí se han logrado producir alimentos para autoconsumo, obtener excedentes de cosecha para venderlos y generar ingresos, lo cual contribuye a evitar la migración en zonas de alta marginación y pobreza, sostuvo el investigador del Campo Experimental Cotaxtla del Inifap en Veracruz.

Como uno de los “arquitectos” de este modelo, señaló que “los resultados son incrementos en el rendimiento en maíz y frijol para los productores, con lo que garantizan el abasto”.

Añadió que desde el punto de rentabilidad de inversión municipal, por cada peso que invierte el ayuntamiento en transferencia de tecnología recupera 6.42 pesos, por el valor de la producción obtenida.

Lo mejor de todo, resaltó, crece la rentabilidad agro-social-familiar al evitar que el productor abandone su actividad y migre hacia las ciudades.

“Se trata del proyecto más antiguo de trasferencia de tecnología de la institución, y a nivel Latinoamericano, donde hay inversión económica de los ayuntamientos, quienes al transferir semillas a los agricultores, con mejor desarrollo tecnológico contribuyen a la producción de alimentos básicos (maíz, frijol) y otras alternativas para generar ingresos como, café, especias y aguacate”, resaltó.

Web

Con 32 años de experiencia, el agrónomo destaca que frente a la emergencia económica actual por la pandemia del Covid-19, trabajar en lo local, en especial en los municipios rurales, es la estrategia ideal, porque se logra producir alimentos, con excedentes que pueden colocarse en las cabeceras municipales o ciudades cercanas y generas ingresos para los agricultores locales.

Explicó que el diseño del modelo de participación interinstitucional, Agro-inversión tecnológica municipal  parte del hecho de que, “las soluciones a nivel local” contribuyen para solucionar la problemática técnica e incrementar la productividad de los cultivos, de forma más ágil y su evaluación es factible de realizar y conocer los resultados.

“El planteamiento consiste en fortalecer el financiamiento por parte de los ayuntamientos, junto con el centro de investigación, para la transferencia de sistemas innovadores que fomenten la siembra, productividad, abasto y bienestar familiar de las comunidades más vulnerables del medio rural”, sostuvo Ugalde Acosta.

A lo largo de 20 años, bajo este modelo se han sembrado tres mil 500 hectáreas de frijol con variedades mejoradas en beneficio de siete mil productores de 75 administraciones municipales diferentes, con un rendimiento promedio de una tonelada 120 kilos por hectárea, aseguró.

Ello, dijo, significó un aumento del 103 por ciento y se logró 100 por ciento de abasto familiar de la leguminosa con los productores participantes; con ingresos por los excedentes que comercializaron.

El proyecto ha operado en municipios de los estados de Veracruz, Puebla, Tabasco y Oaxaca, en condiciones tropicales, subtropicales y de transición climática, en localidades ubicadas desde los 0 hasta dos mil 500 metros sobre el nivel del mar (msnm), en ciclos de temporal y humedad residual.

Los productores de frijol no aplicaron fertilizantes ni fungicidas, al ser variedades mejoradas sustentables con resistencia y tolerancia a factores bióticos y abióticos, dijo el investigador del INIFAP.

Destacó que el ayuntamiento más emblemático es Córdoba Veracruz, ubicado en la región de Las Altas Montañas de Veracruz, que ha tenido continuidad y que está por cumplir siete años, lo que se refleja en un aumento en el rendimiento de maíz de hasta 100 por ciento y de frijol en 300 por ciento.

Lo anterior, expuso, porque las variedades que usaban eran de bajo rendimiento y por ubicarse en zonas de montaña no tienen superficies amplias, es una agricultura familiar.

Mencionó que otro aspecto a destacar es que el recurso a invertir por parte de los ayuntamientos para echar a andar el modelo es bajo; por, ejemplo Córdoba invierte cada dos años 400 mil pesos, pero con ello atiende frijol, maíz, aguacate, canela, café, hortalizas, especies aromáticas, y en 2020 y 2021 se integrará vainilla.

El investigador resaltó que en municipios donde se ha aplicado el modelo, en el caso del maíz con el cambio de variedades e híbridos se incrementó el rendimiento 100 por ciento, ya que el promedio en zonas tropicales es de 1.8 toneladas por hectárea y dependiendo el temporal, con híbridos mejorados pueden elevar hasta 4.5 toneladas.

En algunos casos los ayuntamientos subsidian con 50 por ciento la inversión en tecnología, en otros casos se les obsequia y después devuelven semillas para que la usen otros productores.

El modelo, que fue rediseñado en México, ya se integró como una metodología por centros de investigación de algunos países de Centroamérica, aseguró.

Hoy, remarca, “con la emergencia económica y sanitaria que se vive y el alza del dólar será más costoso traer alimentos del exterior, pero tenemos tecnología pública que puede ayudar a mejorar niveles de productividad de la gente y resolver el tema de producción y abasto de alimentos”, concluyó.

AIMX/PMR/LBR

Comentanos