Ocupa Guerrero el sexto lugar en muertes maternas, según el último registro de Salud


Chilpancingo, Gro., 13 Jun. (Agencia Informativa de México).-De acuerdo con las estadísticas de la Secretaría de Salud, Guerrero en el diagnóstico del 2022, ocupó el sexto lugar en muertes maternas, con un total de 33 casos, cuyas consecuencias son multifactoriales, consideró la investigadora de la Escuela Superior de Antopología Social de la Universidad Autónoma de Guerrero, Maribel Nicasio González.

Entre las causas de las muertes maternas, que aún se registran en el estado, pueden estar, la violencia en algunas de las regiones del estado o la no adecuada implementación de políticas públicas.

Entrevistada, luego de participar en la presentación del diagnóstico de la Salud Reproductiva en el municipio de Chilapa, sobre la labor de las parteras tradicionales a través de la Casa de la Mujer Indígena (Cami) “Zihuachikahua, Mujer Sana, Fuerte y Valiente”, que se llevó a cabo ante funcionarios de la Secretaría de Salud y diputadas del Congreso local, posterior a la pandemia por COVID-19, dijo que en el caso específico de esa población, la Secretaría de Salud retiró a los mediadores culturales que brindaban acompañamiento a las mujeres indígenas para recibir una atención médica adecuada.

Dijo que en lo personal, “me da mucho gusto, que pasamos de los primeros tres lugares, al sexto, en muertes maternas”, sin embargo, consideró que toda mujer debe tener las garantías de atención, en caso de alguna complicación durante su proceso de embarazo.

“Pero supongo que la reducción de las cifras, se debe a algunas medidas tomadas por el sistema de salud; el porcentaje puede ser relativo, considerando, desde las acciones, la ejecución de recursos financieros o la implementación de políticas públicas”.

Aunque en el caso de los municipios que abarcan la atención de la Casa de la Mujer Indígena de Chilapa (Ahuacuotzingo, Zitlala y Atlixtac), la Secretaría de Salud retiró del hospital de la zona de La Montaña baja a mediadores culturales, quienes no sólo fungían como acompañantes de las mujeres embarazadas para una mejor atención, sino como traductores, y hasta gestores.

“El que ya no esté, es sin duda un paso hacia atrás, era una ganancia”, consideró. Pero también, el índice de la violencia en algunas regiones del estado, pone en riesgo la oportuna atención de una mujer embarazada, porque “en ciertas regiones, no pueden salir”, así como hay comunidades en conflictos de violencia, donde no hay las medidas de seguridad para el traslado e ingreso del personal de salud.

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